Dos de las experiencias más memorables que he tenido hasta el momento en el valle del río Grande de Texas fueron tener la oportunidad de ayudar a la hermana Thérèse Cunningham con sus clases de ESL (Inglés como segunda lengua, English as a Second Language o ESL por sus siglas) en la Posada Providencia y aprender de la defensora pública jubilada Azalea Aleman-Bendiks. La Posada Providencia es un refugio de emergencia para mujeres, hombres y familias que huyen de sus países de origen debido a la tiranía política, los desastres naturales y otras situaciones que amenazan sus vidas. Azalea se graduó de la universidad de Harvard en 1991 y desde entonces ha dedicado su vida a servir a la comunidad de Texas. Además, Azalea es de Brownsville, Texas, y después de trabajar en varios puestos de derechos se sintió obligada a comenzar a trabajar más de cerca con inmigración. Azalea nos explicó que el ambiente en Texas es diferente al de otros estados que ha visitado, en el sentido de que no todos los estados tienen policías pidiéndole a la gente sus papeles de ciudadanía y que no hay puestos de control en todos los estados. Otra cosa que mencionó es que vio de primera mano la inconsistencia entre la ley escrita y lo que se llevó a cabo. Por ejemplo, se supone que los jueces deben examinar minuciosamente cada caso, sin embargo, incriminan a los inmigrantes antes de que hayan tenido la oportunidad de defender su caso. La patrulla fronteriza es otro grupo de personas que tiene inconsistencia en el sentido de que es ley que las personas tengan la oportunidad de buscar asilo cuando los inmigrantes se entregan a la patrulla fronteriza, pero lo que sucede en realidad es que la patrulla fronteriza, a veces, simplemente deporta a solicitantes de asilo a su lugar de origen. Tanto la hermana Thérèse como Azalea me han dado información valiosa que no tenía antes de venir al valle del río Grande de Texas.
Una de las experiencias únicas que pude vivir fue tener la oportunidad de ayudar a los visitantes de la Posada a aprender las necesidades básicas junto con la hermana Thérèse. La hermana Thérèse ha estado enseñando en la Posada durante los últimos dieciséis años y me dijo que disfruta el trabajo que hace por los demás porque sabe que Dios la puso en las manos de los necesitados. Un hecho interesante es que vino desde Irlanda para ayudar a los inmigrantes. Siento que este es un acto de bondad de su parte porque dejó atrás a su familia sabiendo que ayudaría a las personas que también dejan atrás a su familia con la esperanza de una vida mejor. En mi experiencia personal, mis padres dejaron atrás a su familia con la esperanza de ofrecerles a sus hijos un futuro mejor. Por ejemplo, mis padres quieren que mis hermanos y yo tengamos la oportunidad de encontrar una carrera que nos apasione. En mi caso, siento una vocación hacia la profesión de enfermería y mis padres han apoyado mi decisión.
Una de las cosas con las que le ayudé a la hermana Thérèse a enseñar fue el alfabeto para que los visitantes pudieran deletrear su nombre en caso de que la gente no entienda su inglés. Otra cosa interesante que les enseñé a los huéspedes de la Posada fue cómo contar y administrar el dinero para que pudieran comprar bienes. Al tener la oportunidad de enseñar en la Posada tuve una sensación de plenitud porque sé que enseñar estas necesidades básicas a los recién llegados les ayudará a ser más autosuficientes.
Cuando Azalea vino a hablar con nuestro grupo, nos enseñó que la inmigración es importante a lo largo de la frontera entre Texas y México. Primero pasó a describir cómo los inmigrantes no son vistos como seres humanos, sino como objetos. Esto se ve principalmente en situaciones en las que los solicitantes de asilo se entregan a la patrulla fronteriza con la esperanza de recibir ayuda, pero reciben malos tratos y falta de empatía. Otra cosa que explicó fue cómo <<la política se ha vuelto más grande que la humanidad>> en lo que respecta a la inmigración. Hoy en día, más personas están preocupadas por imponer leyes que eviten que los inmigrantes soliciten asilo que por ayudarlos a escapar de la cruel realidad de su país de origen. Siento que si los jueces tuvieran más empatía hacia los inmigrantes y las razones por las que abandonan su país de origen, se otorgaría más asilo. Sin embargo, los jueces llegan a la corte con la mentalidad de no querer escuchar las historias de las personas, comenzando por referirse a los seres humanos por su número A (un número de identificación asignado por el gobierno). En Goshen, sé de personas que tienen trabajos mal pagados debido a su estatus legal y por lo tanto tienen opciones limitadas. Además, debido a que muchos inmigrantes no tienen la documentación “correcta”, no pueden solicitar trabajos mejor pagados que a menudo requieren prueba de residencia legal.
Algo que sabía antes de escuchar la presentación de Azalea era que el gobierno está separando a los niños de sus padres en la frontera. Por otro lado, no sabía que los niños que están siendo separados de sus padres no están siendo identificados adecuadamente y por lo tanto es difícil reunir a los padres con sus hijos; fue devastador escuchar que estos niños van desde bebés hasta adolescentes. No puedo imaginar cómo es para un niño pequeño que depende completamente de sus padres estar dispuesto a mostrar confianza hacia los extraños que fueron responsables de separarlos de sus padres. Además, escuchar esto me hizo pensar en cómo sería estar separado de mis padres a una edad temprana y el trauma que tendría que cargar conmigo por el resto de mi vida. Saber que las personas que más me importan sean arrancadas de mí en situaciones difíciles y quedarme sola en los campos de detención sin el apoyo de nadie me destrozaría.
De estas oportunidades de entablar conversaciones con personas locales que trabajan con inmigrantes, obtuve información y experiencias que me ayudaran a generar más empatía por mis pacientes en mi carrera de enfermería e impactarán la forma en que yo me veo comprometiéndome en mi comunidad en el futuro.
-Avilene Evangelista, estudiante de Goshen College de la clase ‘24, licenciatura en enfermería