Terminamos nuestra primera semana de trabajo en la Posada. Con un grupo de 11 personas pudimos terminar dos lados del proyecto de cerca que rodea el perímetro de la Posada. A algunas personas se les asignaron tareas diferentes, como mezclar cemento, añadir agua, transportar la carretilla o alinear los postes. Todos nos turnamos haciendo los diferentes trabajos, dándonos la oportunidad de un descanso bajo las ardientes temperaturas que superan los 90 grados farenheit (32 centígrados). Después de haber llenado 22 hoyos con concreto, nos fuimos a una nueva ubicación para llenar los hoyos restantes. Iniciar la construcción de la cerca fue una satisfacción porque estamos creando una fuente de protección para los habitantes de la Posada. Esto no solo reconoce la privacidad de los visitantes, sino que también mantiene una sensación de seguridad para los que encuentran refugio al llegar a la Posada. Curiosamente, uno de los problemas de seguridad es con los medios de comunicación. Proteger la privacidad de los refugiados es importante y estoy orgullosa de ser parte de esto al brindarles este tipo de protección.
Después de rellenar los agujeros con cemento y colocar los postes de la cerca, nos fuimos a ayudar a Ángel (cocinero de la Posada) y Antoinette (voluntaria de la Posada) a empacar ropa y mantas donadas y ponerlas en un automóvil. Antoinette nos dijo que las donaciones van a BISD (Brownsville Independent School District o distrito escolar independiente de Brownsville) y Red Wagon, un albergue para niños sin hogar. El distrito escolar de Brownsville alberga alrededor de mil niños sin hogar. Estos niños viven en hoteles y moteles. La escuela local tiene un almacén donde se guardan los útiles y ropa donados para estos niños que viven en la pobreza o en crisis.
Antoinette mencionó que Red Wagon es una organización sin fines de lucro que se enfoca en ayudar a aquellos que viven sin hogar los fines de semana. Los refugios y las iglesias que están abiertas para personas sin hogar solo están disponibles para ellos de lunes a viernes. Comenzó como un grupo de la iglesia que alimentaba a las personas sin hogar y luego se convirtió en algo más grande para ayudar a la comunidad y aquel que lo necesitaba. Este servicio a la comunidad es muy importante porque brinda refugio y una oportunidad para que las personas sin hogar se sientan más como humanos. Para esta comunidad, tener un lugar seguro donde hospedarse es vital.
Otra oportunidad que tuvo nuestro grupo fue ayudar a la hermana Thérèse, que vive en la Posada, con su proyecto Cuidado de la Creación en la Posada. Este se enfoca únicamente en el reciclaje y los efectos del cambio climático. Con el aumento de incendios y tormentas, partes del mundo están sufriendo por la falta de agua y alimentos. Con la contaminación de microplásticos en nuestra comida y agua, la Posada se compromete a hacer lo mejor de su parte para combatir la crisis climática. La Posada pone su granito de arena en la lucha contra el cambio climático al reciclar y hacer compost. Fue muy interesante aprender técnicas de composta como el uso de nitrógeno, oxígeno, cartón y ventilación. Al reunir los contenedores de cinco lugares diferentes: dormitorios, porche, pabellón, casa Carolina y la cocina principal, aprendimos qué era reciclable y qué no, y colocamos reciclables en contenedores designados.
Esta experiencia en la Posada ha estado llena de oportunidades únicas y de muchos proyectos diferentes. Aunque no estamos interactuando a diario con inmigrantes, me apasiona el saber que estamos brindando apoyo al servicio Menonita de desastres (MDS) y apoyando a los solicitantes de asilo al crear una sensación de seguridad basada en valores de honestidad, desarrollo y apoyo. Hay muchas organizaciones en el valle del río Grande que se esfuerzan por ayudar con las necesidades básicas que se merecen los inmigrantes para promover una integración exitosa en los Estados Unidos. Estos inmigrantes enfrentan temores de pobreza, cambios culturales, no saber sus derechos, barreras del idioma e impotencia. Es increíble el trabajo que se está haciendo en organizaciones como la Posada. Se siente empoderador trabajar con los voluntarios de MDS y el personal de la Posada que dedican su tiempo, energía, moralidad, humanidad y compasión a las personas que más lo necesitan.
-Yenifer Escobedo, Goshen College clase del ‘22, licenciatura en salud pública